El llegar a una institución con tanto recorrido y prestigio a nivel nacional e internacional, produce un poco de temor.
Pero realmente creo que el mayor temor que se presenta es a lo desconocido a lo nuevo.
Salir de ese desconocimiento para muchos es el gran choque con la realidad del SENA, el que coloca nuestro cerebro a funcionar, surgen preguntas ¿estaré en el lugar equivocado? ¿exigen mucho? ¿será verdad todo lo que el SENA ofrece?
¡Los NO ha muchas costumbres que se tienen!,como el uso de la barba, el tener que utilizar un uniforme, el cumplir con un horario, son reglamentos que aunque sabemos que existen inconscientemente no queremos que sean puestos en practica.
Algunos dicen y me incluyo parece como volver al colegio; pero como sea los que hemos tomado la decisión firme de llegar hasta las ultimas consecuencias en nuestro proceso de formación lo hemos visto como la entrada a una estructura de formación, no solo para el trabajo si no también para un mejoramiento del diario vivir.
La disciplina al principio no es motivo de alegría pero luego nos mostrara que si podemos dar mas y ser mejores como personas, y profesionales.
Al ir pasando los días de la inducción fuimos motivados, retados por los diferentes programas que nos ofrece la institución.
Como lo es el de emprendimiento, que nos brinda las herramientas, accesoria, orientación, y aun los recursos para generar empresa.
Las posibilidades de participar en los programas de bienestar en sus diferentes dependencias, aprender, compartir y crecer en otras áreas como son los talentos que cada aprendiz tiene, puestos al servicio de los demás.
En definitiva formarnos en el SENA, en el ser, el saber y el hacer.
Nos complementara para llevar a cabo una pacifica revolución.
Daniel Arandia Leyva
Aprendiz - Tecnología Salud Ocupacional
Sena
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